Cuando se distingue entre los dos términos, la diferencia puede tomar varias formas. Algunos aplican el término ‘dotación’ a la alta capacidad cognitiva, y ‘talento’ a toda otra forma de excelencia (p. ej., en arte, deporte, tecnología). Otros consideran que la dotación representa un nivel de excelencia más alto que el talento. Otros aún asocian la dotación con una forma madura de expresión, en contraste con la visión del talento como una capacidad no desarrollada. En otras palabras, si quisiéramos extraer de las principales publicaciones de este campo, todas las definiciones propuestas para estos dos términos, terminaríamos con una docena de ellas, o más.
A pesar de que abundan concepciones diversas y a menudo contradictorias, los especialistas generalmente mencionan una dicotomía específica en casi cualquier discusión sobre el tema de la dotación. Reconocen, implícita o explícitamente, la diferencia entre formas tempranamente emergentes de ‘dotación’, con fuertes raíces biológicas, y formas adultas completamente desarrolladas de ‘dotación’. Los expertos expresan esta diferencia a través de pares de términos como potencial/actualización, aptitud/desempeño, y promesa/logro.
(Breve Revisión del MDDT 2.0, traducido por Sonia Bralic, 2009).
En resumen, y tras considerar a los principales autores y modelos explicativos aquí expuestos, en FundacEK hemos definido que cuando nos referimos al concepto talento, en nuestros documentos, o cuando hablamos que es una Fundación que apoya talentos, estamos hablando de:
“Una o más habilidades destacadas en desarrollo –de rendimiento superior a la media– en una o varias áreas de la actividad humana, que proyectadas en el futuro y bajo condiciones apropiadas, se transformarán en un talento manifiesto”.